domingo, 7 de diciembre de 2014

Articulación del hombro


   La articulación del hombro es una enartrosis, formada por la cabeza del húmero y la cavidad glenoidea de la escápula. También se denomina articulación escapulohumeral o glenohumeral.
La enartrosis  tiene una superficie en forma de esfera de un hueso que encaja en una depresión en forma de copa de otro hueso. Estas articulaciones son triaxiales (multiaxiales) y permiten movimientos alrededor de tres ejes (flexión-extensión, abducción-aducción y rotación).


Componentes anatómicos


Cápsula articular. Saco delgado y laxo que envuelve por completo la articulación y se extiende desde la cavidad glenoidea hasta el cuello anatómico del húmero. Su región inferior es la zona más débil.
Ligamento coracohumeral. Ligamento fuerte y ancho que refuerza la parte superior de la cápsula articular y se extiende desde la apófisis coracoides de la escápula hasta el tubérculo mayor (troquíter) del húmero.
Ligamentos glenohumerales.Tres engrosamientos de la cápsula articular sobre la superficie anterior de la articulación, que se extienden desde la cavidad glenoidea del tubérculo menor (troquín) hasta el cuello anatómico del húmero. Estos ligamentos a veces no son evidentes o están ausentes y sólo proveen mínima resistencia. Cumplen una función en la estabilización de la articulación cuando el húmero se aproxima o supera su límite de movimiento.
Ligamento transverso del húmero. Lámina estrecha que se extiende desde el tubérculo mayor hasta el tubérculo menor del húmero. El ligamento actúa como un retináculo ( banda de retención de tejido conectivo) que sostiene la cabeza larga del músculo bíceps braquial.
Rodete glenoideo. Borde angosto de fibrocartílago que rodea el límite externo de la cavidad glenoidea para agrandar y profundizar levemente la cavidad glenoidea.

Bolsas sinoviales. Existen cuatro bolsas asociadas con la articulación del hombro: la bolsa subescapular, la subdeltoidea,la subacromial y la subcoracoidea.




Movimientos

La articulación del hombro permite la flexión, la extensión, la hiperextensión, la abducción, la aducción, la rotación medial, la rotación lateral y la  circunducción del brazo. Esta articulación tiene más libertad de movimiento que el resto, que es secundaria a la laxitud de la cápsula articular y a la poca profundidad de la cavidad glenoidea, en relación con el gran tamaño de la cabeza del húmero.
Si bien los ligamentos de la articulación del hombro la refuerzan en cierto grado, la mayor parte de la resistencia proviene de los músculos que rodean la articulación, especialmente, los músculos del manguito rotador. Estos músculos (supraespinoso, infraespinoso, redondo menor y subescapular) reúnen la escápula con el húmero.
Los tendones de los músculos del manguito rotador rodean la articulación (excepto la porción inferior) y contactan íntimamente la cápsula articular. Los músculos del manguito rotador trabajan como un grupo para mantener la cabeza del húmero dentro de la cavidad glenoidea.



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Bibliografía

  • Principios de Anatomía y Fisiología. Tortota- Derrickson. Editorial Panamericana
  • Atlas de Anatomia Humana. Sobotta. Editorial Elsevier
  • Atlas de Anatomia Humana 5ª edición.Frank. H. Netter, MD. Editorial Elsevier Masson.


Entrada de Anna Fecúndez


viernes, 5 de diciembre de 2014

Estiloiditis radial





Entrada de Natalia Esquilas

Epicondilitis lateral o codo del tenista




¿Qué es?
Es una lesión focalizada en  la cara externa del codo, en concreto en el área del  epicóndilo, (parte lateral y externa de la epífisis inferior del húmero)
¿Cúal es la causa?
Lo ocasiona principalmente los movimientos repetitivos de extensión de la muñeca y supinación  del antebrazo. Dicha reiteración provoca  microroturas fibrilares y  posteriores reparaciones incorrectas a la altura de los tendones de los músculos que se insertan en el área del epicóndilo, primordialmente el tendón del músculo extensor radial corto del carpo. No obstante, también pueden causarla problemas de stress o lesiones cervicales
¿Cuáles son sus síntomas?
Fundamentalmente se caracteriza por un dolor sobre el epicóndilo, es decir, en la parte lateral y externa del codo. Ello puede provocar una reducción significativa del movimiento en esa área. A veces, el dolor puede esparcirse  hacia el brazo y el antebrazo Sin embargo, con el reposo éste suele mitigarse. En algunas circunstancias  el dolor puede hacerse crónico (tendiniosis), por lo que en ese caso, es necesario cirugía.
¿Cómo se diagnostica?
Es clínico, y se basa, entre otras pruebas, en la descripción o exposición que el paciente hace de los síntomas que padece.. El estudio radiológico por rayos x por lo general no revela anomalías. La exploración  mediante palpación y presión del área del epicóndilo. Asimismo demandar al paciente que realice ciertos movimientos que lleven a poner en tensión dicha área  para poder comprobar si hay un aumento de dolor. Otra de las pruebas  consiste en comprobar si se produce dolor en el área del codo cuando se realiza una extensión de la muñeca, dedos  y, especialmente, si se lleva a cabo contra resistencia.
¿Cuál es el tratamiento?
La finalidad del tratamiento se encamina a calmar, reducir o suprimir la inflamación y el consecuente dolor. Para ello existen  diversas opciones: Desde el reposo y la reducción de la actividad del área, secundándolo con fisioterapia (masajes, ejercicios, ultrasonidos, calor) a otras medidas como antiinflamatorios, infiltraciones o, en caso de que todo lo anterior no de resultados satisfactorios, cirugía.
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Bibliografía
 Muñoz, M et al.: Epicondilitis medial. Revisión del estado actual de la enfermedad. Revista colombiana de reumatología. Bogota, 2011, vol. 18 nº 4
Rioja Toro, J; et al.: Tratamiento de las epicondilitis crónicas mediante ondas de choque. Rehabilitación. Valladolid, 2004; vol. 38 nº 4
Vergara-Amador, Enrique et al.: “Fundamentos anatómicos de la epicondilitis lateral”. Revista cubana de ortopedia y traumatología. Habana, 2011, vol 25 nº2


   Entrada de Carmen Pereo


jueves, 4 de diciembre de 2014

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Síndrome del túnel del carpo



¿En qué consiste? 
En el síndrome del túnel del carpo el nervio mediano queda atrapado en el túnel del carpo. El túnel del carpo está formado por el retináculo flexor y los huesos del carpo y se encuentra cubierto por las dos bandas del ligamento transverso del carpo. Queda entonces un estrecho canal carpiano donde el nervio mediano corre el riesgo de que, en caso de inflamarse las vainas tendinosas o cualquier otro proceso que tenga mayor ocupación del espacio, provoque la compresión del nervio y origine el síndrome.
¿Cuáles son los huesos del carpo?
Los huesos del carpo se sitúan en dos filas curvadas: parte radial con los huesos escafoides y trapecio y en la cubital el pisiforme y el gancho del ganchoso, quedando unidas estas dos prominencias por el retináculo flexor y cerrándose el surco óseo para formar el canal por el que discurren los tendones flexores. Por el canal del carpo van nueve tendones y un nervio, el mediano.
¿Qué síntomas presenta? 
El síndrome del túnel del carpo puede desarrollar un dolor discapacitante que va del estado agudo a la cronicidad. Suele cursar con adormecimiento y cosquilleo en la mano, a veces sensación de hinchazón, dolor inexplicable en la mano y debilidad del pulgar al pellizcar.
¿Cuál es la causa? 
Suele ser el resultado de uno o varios factores conjuntos. Podríamos incluir los siguientes:
• Actividades de tipo laboral ó de recreo que puedan causar daño en las articulaciones
•Mala postura
•Enfermedades como la gota, artritis reumatoide,  enfermedades   de  la   glándula   tiroidea o  alguna   reacción 
 adversa de algún medicamento.
•Tensión en los tejidos blandos
¿Cómo se diagnostica?
Se necesitan pruebas electrofisiológicas para detectar lesiones por compresión motivadas por el atrapamiento del nervio y también requiere información sobre la exposición a condiciones ergonómicas poco favorables tanto dentro como fuera del ámbito laboral. Existe efectividad en el tratamiento cuando se eliminan los factores de riesgo ergonómico.
¿Cuál es el tratamiento?
Incluiría desde la terapia física y manual, medicación, intervenciones de tipo conductual y ocupacional y, en caso grave, cirugía para descomprimir el túnel del carpo.

 Bibliografía
-Clínica Universidad de Navarra.
-Gómez Conesa A y Serrano Gisbert, MF. “Síndrome del túnel del carpo”. Facultad de    Medicina.  Universidad de Murcia. Dpto. de Fisioterapia.
-Medline Plus


Entrada  de Carolina de Juana